Soy una persona que no tengo referentes familiares del mundo empresarial. Nunca soñé con ser empresaria. Pero la vida me ha traído aquí.
Soy Clara, CEO de una startup de educación y hoy vengo a contar cómo entiendo yo la relación con mi Directora de Producto, y te lo cuento de verdad. Aquí no vas a encontrar lista de roles y tareas, vamos a hablar #desdelbarro.
Soy psicóloga de vocación, y me vuelven loca las ciencias cognitivas. Creo que no ha habido año en mi vida en el que no estuviera formándome. Y no por acumular titulaciones, sino porque simplemente soy curiosa compulsiva y vivo con la sensación de que me faltan vidas para todo lo que quiero saber. Aprender para mí es lo que me hace feliz.
Por eso me impactó especialmente aquella cara de satisfacción casi sexual de Keanu Reeves en Matrix cuando aprendió Kung Fu.
Quizá hay parte de algo de esto en que haya acabado siendo CEO de una startup en la que soñamos con hacer tecnología que ayude a las personas a aprender más en menos tiempo.
La CPO no se enamora del producto, la CEO sí
Soy una persona soñadora, inquieta, pasional, muy impaciente y que me encanta conectar con la gente. Bueno, pues las personas como nosotros tenemos que estar lejos del producto. Tenemos que saber que nuestra mejor forma de amarlo, es en la distancia. Los CEOS somos, muchas veces, los que encenderemos la chispa que hará que nazca, que cambie, que evolucione…pero no lo haremos cambiar.
Pero lo amaremos siempre. Lo amaremos para hablar de él con orgullo ante clientes, inversores, banqueros, administraciones públicas… lo amaremos en las buenas y en las malas. Lo amaremos como se ama a un hijo; incondicional, aunque se equivoque.
Pero un buen o una buena CPO jamás se enamorará de su producto. Tendrá con él una relación basada en el respeto: conocerá sus fortalezas, aceptará sus debilidades, y sabrá decidir cuándo hay que empezar de nuevo. Sin dramas.
El buen desarrollo de producto necesita paciencia, cariño, mucha dosis de realidad y cero enamoramiento. Y si haces producto en una startup, esto se necesita además, a mucha velocidad.
La receta #desdelbarro en GoKoan para que nuestra relación funcione es que la CEO aporta visión y la CPO le da sentido, cuando la tiene.
No es fácil decirle a una CEO, y además co-founder, con todo el hype con el que vino a contarte una milonga, que lo que acaba de decir es un disparate.
La CEO no toca producto, pero la CPO se obsesiona con la visión
Pero cuidado, en GoKoan al menos, necesitamos que la CPO se obsesione con la visión tanto como la CEO, sino estamos perdidos.
Un buena CPO no obsesionada con la visión quizá haga buenos productos, pero seguro que has visto por ahí productos a los que les falta ... no sé qué palabra escoger… ¿productos sin alma? Y si ya no siente esa chispa, es momento de ser honesta, de sentarse y decir: “la he perdido”. Hay momentos en los que se pierde, y a todos nos pasa, pero es de vital importancia como siempre la comunicación, volver a tener aquella conversación que te transporta al para qué hicimos esto. Y ya verás como vuelve a surgir. Y si no surge, pues hay que tomar decisiones. Si ambas dejamos de creer en la visión, ya nada tiene sentido.
Y la CEO para tener visión tiene que pasar tiempo fuera. Ser muy ancha (y alta) de miras; y para eso ha de investigar, viajar, y sobre todo, conocer a gente muy interesante. Hay lugares y personas que inspiran. A veces, las mejores ideas ocurren en lugares insospechados. Una de las veces que yo como CEO más valor he aportado al negocio en general y al producto en particular, ha sido estando a más de 7.000 kilómetros de distancia. La situación: un hervidero de emprendimiento y una semana de networking del bueno provocó un tsunami en nosotros.
¿Eso significa que como CEO no me meto en el producto? Significa que se mira pero no se toca. Y solo opino (o mejor dicho, trato de hacerlo) de aquello en lo que sé que aporto valor, que en mi caso es en la capa pedagógica. De lo demás, mejor callada. Las veces que más he molestado es cuando he estado excesivamente encima.
Aceptar esto es complejo, porque al ego no le gusta nada que lo manden callar.
Mi CPO, mi socia (y ahora amiga) Elena fue imprescindible desde el segundo anterior al 0 en el desarrollo del producto. Es quien hace de traductora entre la CEO y el CTO, quién pinta ideas y les da vida (como Geppeto), es quien valida si esto tiene sentido o no, quien hace sencillo lo complejo y quien se pasa el día escuchando. Escucha a todos y todas. Escucha, escucha, escucha… y decide. Decide mucho, a veces más que yo. Y esto es importante.
Ambas debemos saber cuáles son nuestros límites y respetarlos.
Porque solo así el producto final estará muy lejos de ser una máquina que enseña Kung Fu pero muy cerca de hacer que las personas aprendan más en menos tiempo.