Cómo transicionar a PM sin morir en el intento
Aprendizajes del paso de diseñadora a Product Manager y cómo superar el síndrome del impostor por el camino
Tras 8 años trabajando como diseñadora, decidí pivotar a Product Manager. Creo que es una transición muy natural y el movimiento a producto entre diseño, negocio, análisis de datos, ingeniería e incluso marketing es muy común. Sin embargo, esta transición puede ir acompañada de mucha incertidumbre y acentuar el famoso síndrome del impostor. Por eso, vengo a compartir los principales aprendizajes que me han ayudado a superarlo.
1. La importancia de poner en valor la experiencia
Arquitectura, medicina, abogacía, fisioterapia o incluso algunas ingenierías son disciplinas que requieren una colegiación obligatoria para poder ejercer. Sin embargo, las personas que nos dedicamos a hacer producto venimos de diferentes carreras de lo más variopintas. Y creo que precisamente esa experiencia, sea cual sea, la curiosidad y el interés en cambiar es lo que te convierte en un buen profesional.
No hay ningún certificado que te convierta oficialmente en PM. Pero sea lo que sea lo que has hecho en el pasado, te va a ayudar. Si has diseñando, sabrás ponerte en el lugar del usuario y entenderás mejor la experiencia; si has programado, sabrás estimar mejor y trocear iniciativas para conseguir un impacto temprano; si vienes de marketing, entenderás perfectamente qué métricas hay que mover para ganar dinero.
En definitiva, ser PM no significa tener que cumplir al 100% todas las skills de libro. Al igual que en todas las profesiones, existen diferentes especialidades y diferentes tipos de PMs. Poner en valor tu experiencia te ayudará a brillar en lo que ya sabes y a identificar dónde tienes que hacer más esfuerzo.
¿Y cómo pongo en valor la experiencia?
2. Ya era PM en el pasado sin saberlo
En mi caso, empecé como diseñadora gráfica; luego me convertí en diseñadora digital; después UX, Product Designer y Service Designer hasta que pasé a ser oficialmente PM. No sé qué seré en 10 años, pero estoy segura de que mil rol se llamará de otra manera.
Empecé a tener el rol oficial de PM hace algo menos de dos años ¿eso significa que soy junior? Pues bien, al empezar el rol me di cuenta de que la mayoría de cosas que tenía que hacer en mi día a día ya las había hecho de alguna manera en el pasado. Y las que no había hecho, como mínimo, me sonaban. Parece que el discovery es una invención de PM pero la realidad es que, las diseñadoras, llevamos años haciendo research; interactuamos con stakeholders, consultamos métricas y construimos estrategias. Por no hablar de todos los frameworks de trabajo compartidos. Es probable que lo que era tu foco como diseñadora ya no lo sea como PM, y lo que considerabas secundario ahora sí pase a ser lo principal. Pero, si tu experiencia está relacionada, la seniority sigue ahí. Lo que toca es transicionar y reforzar lo que menos habías desarrollado en tu rol anterior.
Spoiler: No existen PMs que lleven más de 10 años siéndolo. Hay personas que llevan muchos años haciendo producto, por supuesto, pero probablemente lo hacían con otro título: Business analyst, UX/UI, digital designer, service designer, researcher, PMM, project manager, software engineer… ¿Soy la única que piensa que hay demasiado postureo con la titulitis? Además, cada empresa llama de una forma a lo mismo. Mi consejo: Si te estás planteando el cambio, ya sea en tu empresa actual o en una nueva; no dejes que el título te asuste y, sobre todo, analiza si las funciones encajan con tu experiencia y expectativas.
¿Significa esto que ser PM está chupado? Tampoco nos pasemos. Aunque entre los roles de producto algunas funciones se solapan, el foco es diferente.
3. Para entregar valor a tiempo hay que entender la estrategia global, definir la de producto y meter la tijera
Como diseñadora generalmente diseñaba a máximos y no era tan consciente de la alineación con negocio, la visión a largo plazo ni las prioridades. Como PM, pienso mucho en el coste que puede suponer no priorizar adecuadamente y en la importancia de ser realista teniendo en cuenta los recursos existentes. Y los recursos no son infinitos, por eso es importante recortar, fasear y priorizar con sentido desde el principio para desarrollar MVPs que aporten valor en el mínimo tiempo posible. Después ya se iterarán y se decidirá si tiene sentido evolucionarlos o no. Esto exige meter la tijera siempre, algo que viniendo de diseño puede ser doloroso.
Ser PM requiere entender el negocio y los objetivos de la empresa para definir los de producto (aprender a elegirlos da para diez artículos enteros) y diseñar el plan que nos va a llevar a los resultados, siendo consciente de los costes y recursos disponibles. Y planificar también significa anticipar posibles riesgos y saber cambiar de dirección cuando es necesario.
Crear la estrategia es igual de importante que saber comunicarla, tanto a los stakeholders como internamente. Y no solo a tu manager, creo que es aún más importante que el equipo esté alineado con la visión y crear un ambiente de confianza, donde poder aportar, crear, dar y recibir feedback seas PM, PD o ingeniera. En un buen equipo de producto todo el trío encuentra y resuelve problemas de la mano. Y como PM, también tienes que hacer que eso suceda.
¿Y una vez tengo la estrategia?
4. Dejar de pensar en la solución y hablar antes con clientes actuales y potenciales para entender el pain
Como diseñadora, mi foco estaba en buscar soluciones al problema. También identificaba problemas, por supuesto, pero más relacionados con la experiencia y usabilidad y no tanto con el negocio. Y solía hablar con usuarios para entender cuál era la mejor aproximación a la solución y validar las ideas ya prototipadas.
Sin embargo, como PM mi foco es justo el inverso. Tengo que encontrar problemas y entenderlos sin pensar tanto en la solución. Es decir, indagar en los pains y orientar el roadmap a esos problemas en lugar de features/soluciones. ¿Significa esto que me tengo que olvidar de la solución? Para nada. Quizás sí toca delegar la parte más conceptual pero es necesario pensar en el journey completo, trabajar mano a mano con diseño y garantizar un GTM con máxima calidad. Lo que está claro es que esto requiere hablar con usuarios mucho antes de pensar en la idea. Y, ojo, no solo actuales, los potenciales pueden darte una visión igual o más interesante y ayudarte a identificar y priorizar problemas.
Pero hacer discovery no solo va de hacer entrevistas, también hay que profundizar en los datos.
Vale, pero… ¿Qué tengo que medir?
5. Los datos son cruciales aunque no todo se puede medir
Como diseñadora tenía acceso a ciertos datos cuantitativos (visitas, tasa de robe, CVR, ux score…). Como PM, además de las famosas AARRR, me tuve que familiarizar con métricas como ARR, MRR, CAC, ARPU, LTV, Churn, DAU, usage, etc.
Pero no va solo de mirar métricas. Para mí lo verdaderamente importante es entender los volúmenes, hacerse las preguntas adecuadas y buscar la respuesta en el dato: ¿por qué es más importante resolver este problema ahora?, ¿qué métricas quiero mover y cuál es el impacto esperado?, ¿la solución ha funcionado? y así constantemente. Dependiendo del problema a resolver, las preguntas serán diferentes. Y la solución a veces estará en una query que nos de datos totales, en un dashboard de Amplitude que nos de datos de comportamiento o en las métricas de negocio.
Sin embargo, precisamente porque era uno de mis puntos débiles, cometí el error de obsesionarme con los datos y frustrarme cuando no encontraba respuesta en ellos, hasta que me di cuenta de que no todo se puede responder con un número. No todo lo que importa se puede medir cuantitativamente. Creo que es justo ese balance entre cuali y cuanti el que hay que perseguir como PM. Así que todas las técnicas cualitativas (mapas de calor, user paths, entrevistas…) que sí utilizaba como diseñadora, ahora tienen aún más presencia. Se trata de ir adquiriendo ese business mindset para tomar decisiones que realmente den valor a los usuarios e impacten en el negocio.
En conclusión…
Cualquier cambio requiere un esfuerzo. Pero con curiosidad, dando valor a la experiencia, reforzando algunas skills y poniendo en práctica el rol, descubrirás que la transición es mucho más natural de lo que esperabas.
Y si, una vez superado el síndrome del impostor, te cuestionas aspectos del tipo ¿y si me arrepiento? ¿y si echo de menos diseñar o lo que sea que hiciera antes? Te recuerdo que no pasa nada. De hecho, lo importante no es el título del puesto, sino encontrar ese rol donde crees que puedes aportar valor mientras aprendes. Y seguramente se llame de una manera diferente en cada empresa, especialmente con el revuelo del rol de PM que hay actualmente.
Yo no descarto volver a diseñar o convertirme en lo que sea que venga después. Ningún cambio es definitivo y todo lo que te lleves por el camino te va a ayudar a ser mejor profesional. Además, cuanto más versátil seas, menos posibilidades tendrás de que te reemplace una AI🙂.