“El error que nunca dejamos de cometer”… Es un poco largo, pero ese podría ser perfectamente el nombre de la empresa en la que trabajo. Y ¿Por qué?
Aclaremos que nos dedicamos a acompañar a equipos, áreas u organizaciones y empresas, en su puesta en marcha y despliegue de prácticas y marcos de trabajo -también llamados como muy bien sabéis; frameworks ágiles. Este acompañar puede estar motivado por múltiples y de muy diversas razones. Desde un real y auténtico convencimiento en que adaptar la operativa de trabajo y hacerla mucha más eficiente, flexible y ágil, para de ese modo poder así ser capaces como equipo, área u organización y empresa de responder de manera -obviamente- más eficiente a unos mercados cada vez más locos y con más sorpresas (y no siempre agradables), hasta, porque negarlo, querer implementar prácticas, marcos e iniciativas agile por el simple y aceptable y respetable motivo de que tal empresa o que tal otra empresa molona también lo hacen, es decir; por imitación vamos!!!… Así que en este abanico de posibilidades y tomando estos dos ejemplos como referencias de extremos opuestos, es donde nos encontramos la infinidad de razones y motivos, más o menos auténticos como más o menos impostación, por el que suena nuestro teléfono y nos piden bajar al barro en despliegues -adopción y adaptación- de marcos y prácticas ágiles.
Nuestros miedos son el principal enemigo
Pero vayamos, afortunadamente y por ahora para nosotros, a la zona más próxima del extremo de razones y creencias de que agile es una más que inteligente respuesta a la hora de gestionar la complejidad e incertidumbre de los mercados actualmente…Y sí, también ahí nosotros -y en esto creemos estar en lo correcto-, decidimos junto con el equipo, área o empresa no desplegar agile, no adoptar marco o práctica ágil alguna, sin no trabajar también sobre el archiconocido Mindset Agile.
No olvidemos que estamos en la “zona buena” en términos de “por qué agile”. Y los equipos, áreas o empresas también lo entienden como acertado el trabajarlo… Así que, una vez te aceptan invertir algo de su presupuesto en trabajar de inicio sobre el Mindset de las personas y equipos que van a adoptar y, posteriormente, adaptar agile, son nuestros miedos, y lo reconocemos con todas sus letras y con total transparencia, son -repito- nuestros malditos miedos los que nos obligan y los que nos fuerzan a saltar precipitadamente al trabajo sobre la puesta en marcha del marco o práctica ágil en cuestión. Y lo hacemos, bajo una creencia errática, para dejar así de parecer una empresa que está vendiendo la parte más cosmética y menos profunda, en términos de barro, de agile. Es decir, y en definitiva, lo hacemos pretendiendo eludir el parecer unos vende humos de agile… Los que dicen bajar al barro, pero nunca se han manchado.
Y ese, justo ese y no otro, es el error que no dejamos nunca de cometer; querer mancharnos demasiado pronto. Pero ojo, hay un matiz importante en esto. Sabemos que es un error la precipitación, por supuesto que lo sabemos, porque no sólo nos encontramos muchísimos más problemas a lo largo y ancho del roadmap de implantación, sino porque es el primer y más contundente argumento que los clientes ponen sobre la mesa, cuando pegas una mirada hacia atrás y a modo de gran retrospectiva, te preguntas algo tan necesario como; “qué deberíamos de haber hecho de un modo distinto si volviéramos a comenzar el despliegue y poder así alcanzar un mejor resultado”. Y la respuesta, casi siempre es la misma; haber trabajado más sobre el Mindset.
Maldita adicción al “barro”
Pero el matiz es el siguiente…El barro tiene movimiento y tiene acción. El barro es resbaladizo y es fácil perder el equilibrio, pero el barro es, en términos de acompañamiento, donde las cosas comienzan a coger y tomar forma. El barro es la parte más visible de unos resultados que son chutes de adrenalina y dopamina. El barro es muy adictivo a la par que tremendamente sacrificado. Algo así como correr maratones. El barro, ese barro de poner en marcha la prácticas y frameworks, no lo podemos negar, lo entendemos exclusivamente como algo más propio del “doing agile”… Y es, con total y absoluta garantía, ahí y justo ahí, donde reside el error que adormece y calma nuestro miedo y nuestra fobia. Ahí y sólo ahí, es donde vive y habita plácidamente nuestro error… Un error que nos cuesta infinito darle la patada en el culo que se merece.
Porque ahí, en esa zona de transición, también llamada liminal, es donde se cambia de mentalidad. Una mentalidad, un mindset, una visión que no deja de ser la que tenías antes pero que a la vez comienza a ser la que deberías de tener porque así se potencian los resultados cuando trabajas bajo marcos y prácticas ágiles. Pero ojo, no has dejado de tener tu mirada anterior, tu mindset anterior como todavía no tienes la nueva mirada ni el nuevo mindset.
Y no trabajar y desarrollar esa visión, esa mentalidad -mindset- con algo más de insistencia y profundidad hace que sí, que obviamente has bajado al barro, pero te has quedado en la capa más superficial del mismo. En esa capa que apena mancha y que es muy fácil de limpiar… Y no olvidemos que, ese barro al que no bajamos tan en profundidad, es ese otro barro que no lo llamamos “doing agile” y que sí lo llamamos “being agile”.
Y es en este otro barro, este segundo barro, donde por supuesto también deberíamos de bajar hasta lo más profundo del mismo y no quedarnos en su más pura superficialidad. No deberíamos quedarnos en; “estos son los valores y los principios agile -y al más puro estilo Groucho Marx-, y si no te gustan, tengo otros”… Y reconozcámoslo, en este otro barro, en este en el que tanto nos cuesta bajar y trabajar, porque estamos muy, muy, muy sesgados y orientados al “doing”, es donde los equipos, áreas o empresas más nos repiten como primer y más contundente argumento eso del “qué podríamos haber hecho mejor”. Pues eso; Más Mindset.
Y nuevamente la experiencia es quien nos envía ciertas señales, muy prácticas por cierto, donde no podemos ni deberíamos cometer otro error -un segundo error- también muy común en todo despliegue agile: No sólo no haber trabajado más intensamente sobre el “being agile”, sobre el mindset, sino encima hacerlo de manera lineal, bien únicamente al principio (lo más habitual), al final o en medio del despliegue y, por ello, terminar siendo nosotros mismos tremendamente incoherentes con los valores y los principios propios del mundo agile. Porque acordaremos entre todos, que la agilidad se trabaja y se despliega, o al menos así debería de ser, de manera ágil y no hacerlo de forma secuencial, ni de manera predictiva.
Es decir, el “being agile”, siendo también conscientes que va calando -gota a gota, poco a poco- mientras vamos trabajando el “doing”, deberíamos -sí o sí- ir a cada iteración potenciándola y consolidándola con actividades y dinámicas propias de Team Building, donde se desarrollen competencias y habilidades muy necesarias en agile, para que, de ese modo, la base incremental de valor entregado a cliente se vaya haciendo real y efectiva a cada iteración.
La transparencia, la comunicación, la gestión de las divergencias, la convergencia, el respeto, la orientación a resultados, etc, son competencias que deben de desarrollarse y trabajarse de manera continuada y no aisladamente ni episódicamente.
Conclusiones
Para concluir y siendo breve: un primer y reiterativo error es no trabajar más en profundidad el barro del “being agile”, el barro del Mindset, y quedarnos en las capas más superficiales del mismo. Y un segundo error, es trabajarlo de manera secuencial, en una parte pero no a lo largo de todo el roadmap de implantación. Es decir; “esto ya te lo conté y lo doy por aprendido”. Error.
Así que como segunda conclusión, y esperando sea esta nuestra humilde aportación desde Agile Nomad: Trabajar más el barro del “being agile”. Y no estamos diciendo que dejes de hacerlo acosta del “doing. No. Simplemente si bien la tendencia es a mancharte más en el “doing” que también lo hagas en el “being””. No te quedes en la superficialidad ni en las capas donde menos te manchas. Métete en ambos charcos… Y dos, hazlo a lo largo y ancho de todo el roadmap de adopción y adaptación de marcos y prácticas ágiles. No lo hagas al principio, al medio o al final exclusivamente. Hazlo durante todo el despliegue, a cada iteración, para entrar así con mayor profundidad en lo que más nos gusta; mancharnos como gorrinos en el barro de agile.