La teoría de lo prácticamente imposible
Historia sobre como lidiar con la "utopía" de trabajar bien en Producto
Eres freak de Producto, lo sé. Devoras artículos sobre metodología, buenas prácticas, estrategia y las últimas herramientas cada semana.
Te encanta aprender, necesitas aprender. No dejas de leer ni un correo de la Lenny’s Newsletter y has pasado horas en el blog de Reforge.
¿He acertado? Si es así, pertenecemos al mismo club y existe una probabilidad del 90% de que algunos días te sientas un poco frustad@ en tu trabajo.
No, no es sólo una hipótesis. Está validada con datos, así que si formas parte del otro 10%, ¡puedes sentirte muy afortunad@!
¿Por qué te digo esto? Porque sé que aún muy pocas empresas trabajan en producto como lo hace Airbnb, Google, Notion o Figma. Sin embargo, precisamente son estas empresas de las que se habla en la mayoría de artículos, formaciones y libros que habrás leído y las que están constantemente en boca de grandes gurús de Producto Digital.
Reconozco que yo también sentía cierta frustración, hasta que di con la “teoría de lo prácticamente imposible”.
Luego te explico más acerca de ella, pero déjame que te cuente un par de historias personales antes que pueden ayudarte a entenderla.
Frustración #1
Hace unos años trabajaba en consultoría. Nuestra especialidad era la estrategia digital y entre otros, lideraba proyectos de producto digital.
Trabajaba para grandes corporaciones creando portales online, plataformas de formación, ecommerce, etc.
Mucha documentación por parte del cliente y millones de largas reuniones con dirección. Alguna entrevista con usuarios y algún test de prototipo también, pero siendo sincero, lo que decantaba la balanza era la opinión del top Management.
Muchas funcionalidades, complejidad y un único lanzamiento a producción después de un año de desarrollo. ¿Hipótesis por validar? Nada, no existían. El cliente parecía tener clarísimo cómo debía ser el producto y en caso de dudas, la persona con mayor responsabilidad en el proyecto tomaba la decisión.
¿Se acerca esto a alguna de las buenas prácticas que has encontrado últimamente en tus lecturas semanales?
Frustración #2
Con el afán de poder implementar las metodologías sobre las que tanto leía a diario, tomar decisiones basadas en datos y experimentar sin parar, decidí volver al mundo de las startups/scale ups.
La verdad es que la cosa mejoró. Me aproximé un poco más a aquella teoría idealista que me permitiría poner en práctica las mejores herramientas para crear el producto digital ideal.
Sin embargo, a pesar de trabajar en empresas jóvenes y tecnológicas, acabé chocando contra el muro de la realidad.
Una cultura de producto en proceso de implementación. Inicios de una transición de una empresa sales-driven a product-driven.
Falta de un entorno adecuado para realizar experimentación de forma sólida.
Una cadencia en el delivery extremadamente lenta.
Falta de implicación equilibrada de los integrantes del Product Trio en la fase de Discovery.
… (Podría seguir pero no quiero aburrirte. ¿Te suenan algunos de ellos?)
La teoría de lo prácticamente imposible
Como te decía al inicio, lo sé. Te has leído “Inspired” de Marty Cagan, has hecho entre 2 y 5 formaciones de Product Management, has leído sobre las innovadoras metodologías de Spotify y engulles artículos sobre cómo la experimentación puede revolucionar tu forma de crear productos digitales.
Yo también lo he hecho y lo sigo haciendo cada día. Pero no te tortures, lo más probable es que en tu empresa no puedas aplicar al pie de la letra el “Continuous Discovery Habits” de Teresa Torres o no seas capaz de lanzar miles de experimentos de forma regular como Facebook.
¡¿Entonces qué?! Cada empresa es un mundo diferente, con sus recursos, contexto, equipo, peculiaridades, cultura, herramientas, producto… Y por ello, no existe una teoría perfecta aplicable en la práctica.
El tamaño de la empresa, la madurez de la cultura de producto, el sector, la facturación, o a veces factores tan básicos como el tener un equipo de desarrollo interno o externalizado, son los que definen la realidad del día a día de los equipos de producto.
Una realidad marcada por lo que he llamado la “teoría de lo prácticamente imposible”. Nada más que un juego de palabras que representa la diferencia entre la teoría idealista evangelizada por publicaciones y contenidos educativos sobre Product Management y la práctica diaria de Producto que gran parte de las empresas pueden o deben aplicar en su contexto actual.
Si la realidad de la empresa en la que trabajas también es un poco frustrante para ti, tengo que confesar que no conozco una receta mágica para lidiar con ello. Sin embargo, me gustaría compartirte cómo afronté algunas de estas situaciones en el pasado, por si pueden ofrecerte alguna idea para motivarte en tu situación actual.
He formado parte de equipos de producto en los que cuando entré:
No se hablaba con usuarios:
Reto: Automatizar la captación de usuarios para implementar un sistema de entrevistas continuas no era sencillo, dado que los usuarios ya recibían muchas otras comunicaciones de marketing y había que definir una buena estrategia para no saturar al usuario.
Solución a corto plazo: Analizaba el comportamiento de usuarios con product analytics y contactaba manualmente para entrevistar a aquellos que habían realizado unas acciones determinadas que les hacían interesantes para las oportunidades a explorar en ese momento. Ya que hacíamos pocas entrevistas, que fueran de calidad.
Solución a largo plazo: Hablé con el departamento de customer success y marketing para definir una estrategia conjunta de comunicación y encontrar un espacio para contactar a usuarios a entrevistar de forma sistemática y automatizada.
No se realizaban a/b tests:
Reto: Nuestro producto era una app y no teníamos un entorno preparado para realizar a/b testing.
Solución a corto plazo: Trataba de validar las hipótesis de forma cualitativa y mediante el testeo de prototipos de alta fidelidad antes de enviar nada a desarrollo. Una vez se implementaba la solución, hacía seguimiento de métricas muy concretas para evitar la inestabilidad temporal de las más generales.
Solución a largo plazo: Planifiqué y prioricé con desarrollo la creación de un entorno para experimentar con a/b tests.
No había un proceso de testing de prototipos:
Reto: No teníamos una base de usuarios con quien testear los prototipos creados ni un sistema de captación de testers implementado.
Solución a corto plazo: testeaba los prototipos con amigos, familiares e incluso gente del coworking donde trabajaba que tuvieran un perfil relativamente parecido a nuestro target. Útil para detectar los errores más grandes del diseño de la solución.
Solución a largo plazo: Empecé a generar una comunidad de feedback con clientes reales que estaban dispuestos a prestarnos su tiempo a cambio de una pequeña recompensa. Definí un sistema de captación de testers automatizado y continuo en el tiempo.
No existía una colaboración del Product Trio en la fase de Discovery:
Reto: El equipo de desarrollo estaba completamente desconectado del negocio.
Solución a corto plazo: Introduje reuniones mensuales donde revisábamos los principales dashboards de forma conjunta, les presentaba resultados de experimentos y soluciones implementadas. Objetivo: empezar a generar interés en el impacto de su trabajo. Implementé también reuniones semanales con el EM y el PD.
Solución a largo plazo: Creamos reuniones bisemanales para exponer el diseño de solución en el que estábamos trabajando para obtener feedback de todo el equipo de desarrollo, involucramos siempre a un desarrollador en sesiones de solution design, invitamos a desarrollo a asistir y participar en las entrevistas a usuarios.
A pesar de que te hablo de ejemplos concretos, cómo ves, el enfoque seguido siempre es parecido. Partiendo de una teoría ideal pero imposible en el contexto actual de la empresa, intenta encontrar una solución práctica de transición a corto plazo que te permita mejorar poco a poco la forma de hacer Producto de tu equipo. Paralelamente, trabaja en una solución a largo plazo como palanca para acabar acercándote a implementar tu metodología de trabajo ideal.
Así que inspírate en todo lo que lees y aprendes de otras personas y casos de éxito, e intenta traer a tu equipo y empresa las mejores prácticas y metodologías. Pero sé también capaz de adaptarte al contexto actual de tu compañía y celebrar como una victoria las pequeñas mejoras que vayas implementando con éxito.
Ahora que conoces la “teoría de lo prácticamente imposible”, ya sabes que en pocas empresas podrás aplicar a la perfección las metodologías más punteras. Pero no te frustres, eso no te impedirá seguir aprendiendo y creciendo como profesional en el mundo del producto digital.
Hola Roger, encantado! Muchas gracias por compartir. El año pasado empecé a leer más sobre producto y creación de empresas (tras años tirando de aprender intuyendo, haciendo y fallando) y me frustró mucho leer sobre modelos de trabajo ideales. Tuve ocasión de preguntarle a Teresa sobre este tema y nos contó que siempre se puede hacer algo sea cual sea la empresa, como muestras en los ejemplos de tu artículo. Cuando logras tener impacto tu visión de hacer producto gana peso y la narrativa cambia. Hasta ese momento, ¿por qué va nadie a confiar en ti y lo que planteas?